Hasta el siglo I, la prenda más usada por ambos sexos fue el chitón, un trozo rectangular de lana que se recogía en lso ohmbros en una fíbula, una especie de hebilla o correa.
Las mujeres usaban un chitón más largo, que les llegaba a los tobillos: el de los hombres eran cortos y alcanzaban hasta la rodilla.
Los sacerdotes y algunos ciudadanos importantes, en ocasiones se ponian para algunas ceremonias los chitones largos.
Encima del chitón, las mujeres llevaban el peplo, una paño en forma de chal, que le colgaba desde el hombro hasta la cintura. Como abrigo se ponían el clámide, manto de lana con pesos en las puntas para impedir que el viento los levantara. Se ajustaba con una hebilla en el pecho o al hombro.
Tanto hombres como mujeres llevaban el himation, pieza de género de metro y medio por 3 que les cubría los hombros.
El teatro tuvo especial trascendencia en el mundo griego, haciendo sus vestiduras algo especial. Los actores se ponían caretas especiales, según fuera tragedia o comedia, y calzaban coturnos, un calzado que tenía una suela especial para aumentar la estatura.
Tanto hombres como mujeres eran aficionados a los perfumes.
El cabello era corto y sujeto con una cinta para los hombres, y las mujeres se dejaban caer el cabello, unas veces rizado y otras sujeto en forma de tirabuzón, con horquillas de marfil y oro, o hueso.
Al salir de viaje, los hombres usaban sombreros de fieltro, con alas muy anchas que se sujetaban a la barbilla con una correa. Este sombrero se llamaba petasos.
El calzado, común para ambos sexos, eran sandalias de suela gorda.
Los adornos eran importantes y de gran belleza, como joyas.
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