Tras establecerse en la tierra prometida, los hebreos conservaron algunas prendas egipcias, como el delantal o la camisa. La calurosa temperatura de Canaan, obligó a a los hombres a adoptar el kalasiris y el manto suelto.
El kaftán y el ephod fueron las vestiduras típicas de este pueblo. En tiempos de Salomón, los hebreos acostumbraban mucho a adornar sus ropas.
Los reyes usaban para sus ceremonias, círculos o coronas y largo bastón o venablo.
Los sacerdotes vestían túnicas talar con aberturas a los costados. Sobre ella, el sacerdote se ponía una túnica azul sin mangas, con el borde guarnecido de granate y campanillas, encima del ephod bordado en rojo y azul.
Llevaba un casquete con una placa en el frente con la inscripción "Consagrado a Jehová".
Las mujeres vestían una camisa blanca con mangasy se cubrían con mantas de colores. Rizaban sus cabellos formando pequeños bucles que trenzaban o disponían en una diadema alrededor de la raya.
Usaban sandalias con correas, cadenillas de oro y lentejuelas.
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