La sociedad romana, regida por unas normas de conducta y ética determinada, era muy promiscua y liberal, donde las relaciones sexuales fueran de la pareja eran consideradas normales y donde para los ciudadanos libres, existía una gran libertad sexual.
Un ciudadano romano podía mantener relaciones sexuales fácilmente con su esposa en casa, con un hombre en los baños, con una prostituta en un burdel, o con un esclavo, y sólo era criticado si no era capaz de mantener todo en su sitio. La moral de la sexualidad romana giraba en torno al control.
Existía gran promiscuidad fuera del matrimonio. Ser esposa, tenía más que ver con el status social que con el placer y las costumbres dictadas que el hombre casado podía tener tantas relaciones sexuales como quisiera.
En la República, Cicero propuso, sin que nadie se opusiera, que no había nada ilegal en el hecho de que un hombre llevara a otro al campo con la intención de disfrutar de os placeres eróticos.
En Roma se creía que el amor disminuía la capacidad de pensamiento racional y era visto como algo ridículo. Un beso público de un matrimonio resultaba indecente, pero nadie exigía a las mujeres casadas que no recibiesen visitas en casa libremente, aunque debía mantener una serie de códigod morales y sociales determinados.
El adulterio y el divorcio eran aceptados y practicados numerosamente en la sociedad romana.
La homosexualidad no era condenada, se tienen muchos referencias de relaciones homosexuales mantenidas por los emperadores.En estas relaciones existían muchas reglas, siempre había un amo y un sometido, siendo los últimos jóvenes de clases sociales bajas o esclavos.
En la antigua Roma existtía un amplio desarrollo de la prostitución. Las prostitutas eran educadas para la conversación y el placer, debían llevar vestimentas diferentes, ponerse pelucas rubias o teñirse el pelo de ese color, y eran inscritas en un registro. En el año I d.C. había inscritas unas 32.000 prostitutas.
Las prostitutas registradas en la vida pública eran conocidas como Meretrices, mientras que las Prostibulae , ejercían sus labores donde podían, sin tener que pagar impuestos.
Las cnocidas como Ambulatarae recibían tal nombre por trabajar en la calle o en los circos, mientras que las Lupae lo hacín en los bosques y las Bustuaries en los cementerios.
Las prostitutas de alta categoría se conocían como Delicatae, teniendo entre sus clientes a senadores, negociantes o generales.
Generalmente, la mayoría se encontraban en prostíbulos llamados Lupanares, que contaban con licencias oficlaes. También se encontraban prostitutas en los lugares cercanos al ocio, como circos, teatros, baños públicos o posadas.
La mayoría de Lupanares se encontraban en el Esquilino y el Circo Máximo, los más elegantes se encontraban en la cuarta región. Los lupanares se identificaban en las calles por un gran falo iluminado de noche, decorado con murales alusivos al sexo, y en las puertas de las habitaciones se encontraba una lista de precios y servicios. Se dice que incluso existían prostíbulos donde las mujeres de altos cargos acudían en busca de chicos jóvenes.
Existen referencias sobre mujeres que ejercieron la prostitución libremente, perteneciendo a las altas clases sociales, como Julia, hija de Augusto, Agripina o Mesalina, esposa del emperador Claudio.
En el siglo VI dC. Roma prohibió la homosexualidad. Ello se debió en parte a la influencia de la Cristiandad. El Cristianismo se volvió la religión de moda, del mismo modo que la prostitución fue prohibida. Según el cristianismo, la única razón válida para el sexo es la procreación, cualquier tipo de deseo era indigno.
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