viernes, 5 de marzo de 2010

MANO NEGRA E IRLANDESES DE MANO BLANCA

Los años siguientes a la muerte de Petrosino fueron una constante lucha entre las fuerzas policiales y la organización de Balsamo, lo cual provocó en las siguientes décadas la transformación de Mano Negra en el sistema de familias que reina ahora la Mafia.

Paul di Cristina, jefe de Mano Negra en Nueva Orleans, fue asesinado por un mafioso rival en una fiesta de sangre, en la que Di Cristina y su guardaespaldas, Pietro Peppitone, fueron acuchillados. Sus cadáveres fueron encontrados 3 días más tarde colgados d eun gancho de un congelador de una carnicería.

Sam Cardinella, jefe de Mano Negra en Chicago, y dos de sus lugartenientes, fueron detenidos, acusados de asesinar al menos a 9 gangsteres rivales, siendo condenados a muerte en la silla eléctrica 4 años después.

En febrero de 1920, Franki Yale, hasta entonces uno de los principales dirigentes de la Mafia, no sabía que Giusepppe Balsamo pensaba entregarle el poder a los hermanos Vicenzo y Philip Mangano. Yale estaba muy preocupado cubriendo sus negocios de posibles ataques de la Mano Blanca, la organización mafiosa irlandesa liderada por Will Bill Lovett.

Esta orgaización apareció en los muelles de Brooklin, principal refugio de los mafiosos irlandeses, entre los meses de junio-julio de 1900. Sus miembros pertenecían a las organizaciones Mano Blanca y Dagas Blancas.

Entre 1900-1925, la Mano Negra italiana expulsó de un gran número de negocios importantes, como loterías, prostíbulos y control de estibadores en los muelles a los irlandeses, con una gran´pérdida de efectivos, pues ellos
antuvieron el control de las flotas pesqueras que amarraban en lso puertos de Nueva York y Nueva Jersey. Si algún patrón no pagaba la cuota de protección, su barco era incendiado o destruído.

Realmente, la Mano Blanca no era una banda organizada con una estructura piramidal, como ocurría con los italianos. Ni siquiera sus mandos se sometían a un Padrino. Wild Lovvet fue el primer Padrino irlandés, pero a diferencia de Balsamo, mantenía el control mediante el respeto.

Con una estatura de 1.59 y peso de 60kg, Lovett llegaba de la I GM con el cuerpo lleno de esquirlas. Impuso el terror entre el puente de Brooklyn y la zona del muelle de Red Hook y Greenpoint. Tras el asesinarto de once líderes irlandeses, Lovett se proclamó Padrino.

El sábado 26-2 se produjo el primer ataque de la guerra italo-irlandesa, en el Stauch Dance Hall, un club cercano a la playa de Coney Island y lugar de reuniones de Frankie Yale y aimgos. Las calles, debido al mes, staban desiertas.

Sobre las 6 de la tarde, un Chevrolet y un Packard negros, circulaban por la avenida Surf. En su interior. Dentro, los ohmbres de Mano Blanca se preparaban para el gran golpe contra Mano Negra.

En la puerta del club sólo había un conserje, Joe Capolla, el primero en caer cuando el grupo de irlandeses irrumpieron en la entrada del local. Armados con ametralladoras Thompson y pistolas del calibre 45, se situaron a lo largo del pasillo de acceso a la sala principal.
De pronto, se abrió la puerta y apareció Ana Balestro, una bailarina del local y hermana del guardaespaldas de Yale, Alberto Balestro. Lynch colocó el cañón de su pistola en la sien de la mujer y la mató.

El tercero en caer fue Giovanne Capone, nada que ver con el asesino, un "limpiador", conocido entre la Mano Negra porque era de los que se encargaban de hacr desaparecer lso cadáveres de las víctimas para que no se enconraran. Joe Bean le disparó en plena cara cuando éste intentaba sacar su arma de su axila. Segundos después caía Momo, un soldado encargado de las recaudaciones de Mano Negra.

Augie Pisano ab´rió fuego sobre el primer irlandés que entró en la sala. Las balas impactaron en la nuca y la mejilla de Bean. Al ver el cadáver en el suelo, los irlandeses trataron de retirarse, pero Pisano, herido en la rodilla, disoparó, dándole a Llych. Los cristales de la puerta giratoria hicieron que el cuerpo saliera disparado a la calle, quedando tendido boca abajo en un charco de sangre. Los coches saliero a toda prisa, llegando Pisano a agujerear el ´jultimo con su pistola.

Los 4 féretros recorrieron las calles principales del barrio italiano de Brooklyn, sobre todo exaltando a la bailarina, la cual no tuvo culpa de lo sucedido.

Tanto Yale como Balsamo pronunciaron discursos ensalzando a los italianos fallecidos y a a bailarina inocente.

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