Según la tradición romana, la ciudad de Roma fue fundada en el 753 a.C. por los gemelos Rómulo y Remo a las orillas del rí Tíber, esa pequeña ciudad floreció y se desarrolló hasta considerarse durante la época previa a la República, superior a sus vecinos, haciéndose cada vez mas fuertes a medida que se apoderaba de más territorios. Ya en la República, alrededor del 270 a.C. Roma dominaba la península italica, y seguía su expansión. Este imperio, que a partir del siglo I a.C. será gobernado por emperadores, , creció y absorbió ciudades y territorios, que hoy en día comprenden más de 40 países con una extensión de 5.000 kilómetros, de un extremo a otro.
¿Cómo un poblado agricola a orillas del Tiber pudo crear el imperio más poderoso de todo Occidente?. Y una vez creado, ¿por qué se vino abajo? Estas preguntas no podemos contestarlas sin antes observar el carácter de la sociedad, que contenía una gran afán por la guerra y la dominación de otros pueblos que contrastan en gran medida con un gran amor por la vida en plural.
De lo que no se tiene duda es que la expansión se hizo con todas las consecuencias, y llenas de extrema brutalidad.
La creación de una entidad política resistente, la concesión de la ciudadanía que igualaba a todos los ciudadanos sin importar si eran griegos, hebreos, hispanos o romanos, llegando a tener el cargo de emperador, lo mismo un hispano que un africano, y la gran tarea de asimilar los pueblos conquistados por Roma explican la durabilidad de este empleo, superando a lo largo de sus historias revueltas y guerras civiles que hubvieran llevado al declive de otros imperios.
La caída del Imperio Romano es un tema más complejo, ya que se debe a múltiples factores que, agrupados, propician la caída del Imperio.
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