viernes, 21 de mayo de 2010

LAS GRANDES REINAS DE EGIPTO

Esposas, madres e hijas de reyes, su cercanía al monarca les confería un poder que algunas reinas del Nilo supieron aprovechar, incluso hasta el punto de adoptar el título masculino de faraón.

Lujosos ajuares, tumbas, estatuas, textos y templos, son testimonio del protagonismo que tuvieron las mujeres en la sociedad egipcia, superior al papel otorgado en otras culturas de la Antigüedad, incluidas Grecia y Roma.

Pero tampoco hay que creer que las mujeres disfrutarons de una igualdad de derechos y oportunidades como los hombres.

Dada la estrcha relación del rey con Dios, el faraón se presentaba ante el pueblo a imagen y semejanza del dios Osiris, es decir, en compañía de su esposa, y no junto a una mujer carente de atributos mortal.
Pero en el Impero Nevo tenemos ejemplos de esposas reales de origen plebeyo, como Teti Sherit, de a dinastía XVII y abela de Ahmosis, fundador de la XVIII Dinastía.
Encontramos además una hermosa reina de origen incierto: Nefertiti, nuera de Tiy y esposa de Akenatón.

La unión cosanguínea de los faraones con sus hermanas e hijas han echo correr ríos de tinta. Parece probado que entre la plobación egipcia esta costumbre no era aceptada, sólo era practicada por la familia real. Para demostrarla, recordamos la pareja hermosa de Isis y Osiris, ambos hermanos y esposos a la vez.

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